La oración es otra herramienta poderosa para la renovación de la mente. A través de la oración, entramos en comunión con Dios. En Filipenses 4:6-7, Pablo nos anima a presentar nuestras peticiones a Dios. La oración no es solo pedir; es también escuchar.
Al hablar con Nicodemo, un líder judío, Jesús dijo. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan three:8).
En este último punto, hemos visto cómo el discernimiento de la voluntad de Dios es esencial en nuestra vida cristiana.
¿Cómo podemos, entonces, en este mundo moderno, vivir una fe auténtica y verdadera? Como nos enseña el apóstol Pablo, el primer paso para vivir nuestra fe es no conformarnos con el mundo.
Renueva tu compromiso con el crecimiento al participar activamente en prácticas espirituales y buscar orientación del Espíritu Santo para una transformación continua.
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Presenciar ejemplos de la vida genuine de individuos que experimentan un cambio espiritual significativo nos brinda información sobre el proceso y los efectos del trabajo del Espíritu.
Inicio de la transformación: Empiezas a cuestionar todo lo que te rodea; cómo opera el mundo, las intenciones de las personas, así como reflexiones sobre tus propias acciones y tu identidad.
Esta sesión analiza una de las ten disciplinas más difíciles en el camino hacia la madurez espiritual.
Crea un Espacio Sagrado: Designa un área tranquila donde puedas enfocarte en la oración y la meditación, fomentando una sensación de cercanía a Dios.
Nuestra vida Transformación Espiritual se convierte en un testimonio de la gracia y el amor de Dios. Así, podemos influir positivamente en aquellos que nos rodean, mostrándoles el camino hacia Cristo.
Cristo conoce muy bien todo esto, pero él también promete darles poder a los cristianos para que superen sus fallas y se conviertan de verdad. Justo antes de regresar al cielo, él dijo a sus discípulos originales lo siguiente: “. . . pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hechos one:eight).
Acepta el crecimiento al invitar al Espíritu Santo a renovar tu mente y corazón. Confía en el poder de Dios y apóyate en el Espíritu Santo para recibir dirección.